Anapana Sati Yoga
La Mirada Bondadosa
Anapana Sati Yoga, la meditación en la respiración (inhalación y exhalación), es el primer método de meditación expuesta por Buda en su discurso de los fundamentos de la atención. Buda puso especial énfasis a esta meditación ya que, según él, es la puerta de entrada al despertar. Se dice que cuando se sentó al pie del Árbol Bodhi y resolvió no levantarse hasta que alcanzara la iluminación, tomó Anapana Sati Yoga como su objeto de meditación.
Se trata de desarrollar un sentimiento de amor-bondad hacia tu propia respiración. Esta mirada es la que abraza, acepta, siente calidez y siente gratitud. Habitualmente, no agradecemos lo que ocurre todo el tiempo y lo damos por sentado. Sólo permitimos a la respiración entrar y salir sin realmente darle consideración.
Si contemplas el aliento con esta clase de actitud, con actitud de amor, con bondad y con calidez, verás que es más fácil de observar. Es más fácil no perderlo de vista porque no das por sentado lo que te importa; lo que le ocupa tu atención, deja una huella más profunda en tu percepción. Además, la meditación de bondad amorosa siempre será una meditación gozosa una vez que empieza, de manera que también trae consigo la alegría a la mente en torno al aliento. Así que cuando haces este tipo de meditación, no estás únicamente observando la respiración. Estás mirando la respiración con amor, con bondad; agradeciendo la respiración, cuidando la respiración, amando la respiración por cuidarte, como si se tratara de un buen amigo, muy cercano.
No sólo se convierte en un objeto fácil de ver, sino que también comienza a promover un estado emocional en la mente de gran gozo y poder, mucho más cercano a los estados emocionales que a los estados racionales de la mente. Se convierte en una fuente muy poderosa de energía, una fuente muy poderosa de alegría. Una vez que la felicidad y la alegría son fuertes, entonces vuelves a la respiración y la respiración se vuelve muy fácil de ver. No sólo es muy clara, sino que la mente tiene energía. La mente tiene la felicidad necesaria para llevarla a un estado profundo de meditación.